El papa Francisco sorprende al ausentarse de un servicio del Viernes Santo a último momento, según indica el Vaticano, argumentando razones de salud para resguardarse antes de las celebraciones de Pascua del fin de semana. La decisión del pontífice, de 87 años, llega luego de ser vigilado de cerca tras una operación abdominal el año pasado y enfrentar recientes ataques de bronquitis, resfriado y gripe, que lo llevaron al hospital para realizar pruebas médicas.

 

Durante las meditaciones del Viernes Santo, el papa Francisco aborda con profundidad preocupaciones contemporáneas, como la guerra, el odio en Internet y la explotación de las mujeres. El pontífice vincula el juicio de la multitud en la crucifixión con el fenómeno del odio en la red, llamando a detener los juicios precipitados y las palabras violentas. Además, promete solidaridad con quienes sufren las consecuencias de la guerra y la explotación, especialmente las mujeres, a quienes reconoce por su papel durante la pasión de Jesús y pide reconocer su dignidad en la sociedad actual.