El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó al jefe de gobierno de España, Pedro Sánchez, de faltar al respeto a Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, al insinuar que es «manipulable». El comentario surgió luego de que Sheinbaum decidiera no invitar al rey Felipe VI a su toma de protesta, lo que Sánchez sugirió como una decisión política influenciada por López Obrador.

 

En su conferencia del 27 de septiembre, el mandatario mexicano rechazó las declaraciones de Sánchez y aclaró que la decisión fue completamente autónoma por parte de la presidenta electa. «Es una equivocación suponer que la presidenta de México es manipulable. Esa fue su decisión y yo la respaldo totalmente», afirmó.

 

López Obrador también destacó las cualidades de Sheinbaum, subrayando su integridad y honestidad. A pocos días de concluir su mandato, reiteró que se retirará de la vida pública, asegurando que no busca manipular a nadie y que su retiro es definitivo.