Rafael Correa, expresidente de El Ecuador, dijo en una entrevista con Leo Zuckerman que en latinoamérica ganar las presidencias no equivale a ganar el poder pues el poder político, formal, representa solo una pequeña parte que entra en disputa de los poderes reales, es decir, del poder económico, corporativo, empresarial y universitario.

El suicidio de Raúl Padilla vuelve a poner en el foco publico esta discusión sobre los personajes que ejercen el poder desde posiciones poco visibles. Desde hace más de medio siglo se ha dicho que no se puede gobernar Jalisco sin el aval del grupo de la Universidad de Guadalajara que incluye a sus rectores, académicos notables y la Federación de Estudiantes de Guadalajara o la Federación de Estudiantes Universitarios.

Las relaciones de poder que estos grupos ejercen se encadenan y desde su creación han servido como un medio de negociación que se ha ido acrecentando con el tiempo al grado en que no se pueden ganar elecciones sin negociar o sin estar del lado de estos organismos que operan políticamente desde la universidad.

La Federación de Estudiantes de Guadalajara

La federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) ha sido un grupo porril reconocido dentro del ambiente universitario por tener nexos con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la entidad y por ser un brazo de represión surgido en el seno de la universidad. 

La Federación de Estudiantes de Guadalajara fue fundada en 1948 por Raúl Padilla, Carlos Ramírez Ladewing y los hermanos Guadalupe Zuno como una manera de sustituir a la Federación de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO) y fungir como una apuesta política de derecha dentro de los esfuerzos universitarios.

Entre los notables miembros de la FEG en los momentos más serviles de la misma se encuentra la dirección de Enrique Javier Alfaro Anguiano, padre del actual gobernador de Jalisco, en los años 1967-1969. La coyuntura política nacional incitaba a los jóvenes de la Universidad de Guadalajara a sumarse a los movimientos estudiantiles, sin embargo Enrique Javier Alfaro ejerció mano dura al interior de la universidad y entregó a las autoridades a quienes intentaban movilizarse en favor de los estudiantes capitalinos.

La FEG fungió durante 1968 como una organización de contrainsurgencia que permitió la represión y afianzó la relación entre el PRI y sus liderazgos lo que derivó en un proceso de control por parte de los altos de la FEG que permitió que Raúl Padilla López ocupara primero la presidencia de la FEG durante el periodo conocido como ‘guerra sucia’. Raúl Padilla fue el presidente de la FEG entre 1977 y 1979 cuando el PRI le otorgó a la FEG un edificio para realizar sus operaciones.

Fue durante la dirigencia de Raúl Padilla que se desató una ola de denuncias en Jalisco por la desaparición de opositores del PRI en el estado y por el asesinato y desaparición de opositores a la FEG que intentban democratizar la vida universitaria. Los servicios prestados al partido hegemónico le permitieron a Raúl Padilla ocupar la rectoría de la universidad apenas una década después.

En su paso por la rectoría que fue de 1989 a 1995 Raúl Padilla rompió con la Federación de Estudiantes de Guadalajara para abrir paso a su organización personal, la Federación de Estudiantes Universitarios desde la cuál logró romper el pacto de control de los rectores anteriores y posicionarse como la única cabeza viva dentro de la vida universitaria.

Raúl Padilla concentró el poder de la FEU y desde ella logró controlar la sucesión de las rectorías y evitar la insurrección estudiantil. El control de Padilla fue absoluto impulsando a la rectoría a su hermano en 2001 y a su primo en 2013. A pesar de sus nexos familiares y la rotación de perfiles en la rectoría es importante aclarar que el gabinete administrativo ha sido conformado por las mismas personas desde la rectoría de Padilla y han sido estos miembros los que han asumido el cargo a modo de continuidad del mismo proyecto político.

Carlos Jorge Briseño Torres fue uno de los hombres de confianza de Padilla a quien le permitieron asumir la rectoría entre 2007 y 2008 cuando fue destituido por los consejeros estudiantiles cercanos a Padilla López. Briseño habría contado con el apoyo de Padilla hasta que el recto decidió retirar de los cargos de administración a Padilla y denunciara públicamente el desvío de recursos entre la UdeG y el programa de donación de órganos del Hospital Civil de Guadalajara. 135 consejeros universitarios destituyeron a Briseño lo que lo llevó a una depresión profunda que concluiría con su suicidio el 20 de noviembre de 2009.

A pesar de la cercanía de Javier Alfaro con Raúl Padilla durante su proceso estudiantil que terminó cuando el padre del actual gobernador le entregó la rectoría a Padilla gestó una enemistad con la ruptura de la FEG y después esa enemistad fue heredada entre el grupo liderado por padilla y Enrique Alfaro. El actual gobernador no ha tenido problema en declarar que a pesar de que su padre fue rector de la UdeG él es egresado del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores debido a la enemistad con Padilla.

Enrique Alfaro comenzó su carrera dentro de la administración local como alcalde Tlajomulco de Zúñiga en 2010 y desde su arribo a la presidencia municipal ha tejido tensiones y rispideces con la FEU y con Padilla. Enrique Alfaro ha denunciado en diferentes ocasiones a la UdeG como un grupo político con poder no legítimo y ha enfrentado disputas con Padilla y los estudiantes y directivos de la universidad.

La más reciente de las rencilla entre el gobernador de Movimiento Ciudadano y el grupo UdeG se dió cuando la fiscalía del Estado encarceló a tres estudiantes que evitaban que un predio de Guadalajara se usara para la construcción de departamentos pues, según los jóvenes, el actual gobernador habría prometido durante su campaña para la alcaldía de Guadalajara que ese predio se usaría como parque urbano sin embargo al asumir el cargo Enrique Alfaro otorgó permisos de construcción a empresas privadas. 

Después de que los estudiantes tomaran el predio la Fiscalía General del Estado detuvo a los estudiantes y les dictó prisión preventiva oficiosa el pasado 6 de enero (Ver nota). Sin embargo el rector, Ricardo Villanueva Lomelí, instó a los estudiantes a realizar protestas y se sumó a la concentración frente a casa Jalisco (la oficina de Enrique Alfaro) pues catalogó que la detención se había dado por una cuestión política y no jurídica. Unos días después la Fiscalía otorgó la libertad condicional a los alumnos de la UdeG (Ver nota).

Las batallas políticas entre la familia Alfaro y el grupo de Padilla López hicieron que el grupo UdeG abriera la posibilidad de negociar y pactar con Morena su respaldo de cara a las elecciones de 2024 sin embargo el domingo 2 de abril Raúl Padilla se suicidó en su casa dejando una nota póstuma en la que pide a sus hermanos que no se investigue su muerte.

El viernes 31 de marzo Enrique Alfaro fue hospitalizado debido a complicaciones de salud y su jefe de gabinete informó que pasaría todo el fin de semana hospitalizado y fuera de la vida pública del estado para concentrarse en su salud sin embargo el gobernador apareció en redes sociales para confirmar el fallecimiento de Raúl Padilla. 

 

En el mismo tweet el gobernador dijo haber tenido comunicación con el hermano de Raúl Padilla y con el rector de la universidad lo que deja en entredicho la ruptura política al menos con una parte de la FEU y del grupo controlado por Padilla. Enrique Alfaro podría verse beneficiado de la relación con José Trinidad Padilla quien había sido señalado como un posible sucesor en la rectoría de la universidad.

El grupo de Padilla López registró alrededor de 14 mil millones de pesos solo en 2022 entre subsidios de la federación, del estado de Jalisco y de las empresas manejadas por el patronato que incluyen el teatro Diana, el teatro Metropolitano y la empresa inmobiliaria Uniterra y tiene bajo su control diversos hoteles en el estado. Además de contar con los ingresos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) identificó irregularidades por 387 millones de pesos durante el 2018, año electoral en el que resultó electo gobernador Enrique Alfaro. La rotación en el control del grupo de poder de la Universidad de Guadalajara se da en medio de la turbulencia política que busca posicionar a Enrique Alfaro como posible candidato presidencial por Movimiento Ciudadano.