La candidata del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez, no sólo no ha podido demostrar, ni definir el fenómeno que sus publicistas e impulsores sen posicionar en la conversación pública: “el fenómeno Xóchitl”.

No obstante, el imaginario de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) choca de frente con la realidad.

La encuesta de Enkoll demuestra que Xóchitl Gálvez necesita a Marcelo Ebrard en la boleta electoral para acariciar el 30 por ciento de las preferencias para mínimamente inquietar a Claudia Sheinbaum.

Caso contrario ocurre, si en lugar de Ebrard aparece en la boleta el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien le arrebata dos puntos porcentuales a la panista

Si Movimiento Ciudadano decidiera no contender por la Presidencia de la República en 2024, Xóchitl Gálvez sería aplastada por Claudia Sheinbaum, quien conseguiría casi dos tercios de la votación total. Gálvez alcanza un número superior a 30 por ciento sólo bajo este supuesto.

La opinión que las personas encuestadas tienen sobre la Xóchitl Gálvez es considerablemente negativa, pues personajes como Eduardo Verástegui o Dante Delgado consiguen posicionarse por encima de la panista. Los escándalos de corrupción que involucran a sus empresas con conflictos de interés en desarrollos inmobiliarios (Ver Nota) o el más reciente, cuando, como delegada de Miguel Hidalgo, autorizó la construcción irregular de una casa que a la postre  compró, con un descuento de casi 40 por ciento, y habitó. (Ver Nota).

En la encuesta de Enkoll se pregunta a las personas “¿Por cuál partido político nunca votaría para elegir Presidente de la República?” Los dos principales partidos que abanderan a Xóchitl Gálvez, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), son los institutos más rechazados por el electorado mexicano.

El PRI concentra 55 por ciento de rechazo entre los electores, mientras que el PAN es despreciado por 15 por ciento de los encuestados.

“El fenómeno” Xóchitl Gálvez no sólo ha sido incapaz de acortar la ventaja de Claudia Sheinbaum, sino que tendría que remontar el desprecio que las personas sienten hacia los partidos que componen el Frente Amplio por México y, en una de esas, no ser rebasada por el ultraderechista Eduardo Verástegui.