El presunto suicido de Antonio Enrique Tarín, exfuncionario del gobierno de Chihuahua, afecta de nueva cuenta las posibilidades de indagar la red de corrupción presuntamente liderada por el exgobernador César Duarte.
La muerte de Tarín, reportada el viernes 7 de abril, recuerda las extrañas circunstancias del presunto homicidio de Isaac Gamboa, ocurrido en mayo de 2020. Ambos eran considerados como personajes clave de una trama llamada Operación Safiro, un esquema con el cual se presume que funcionarios chihuahuenses desviaron casi 250 millones de pesos de ese estado a favor de campañas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2016.
Antonio Tarín y la Operación Safiro
Antonio Tarín acumuló al menos siete procesos penales por peculado desde 2017. Ese año, el exdirector de Adquisiciones en la Secretaría de Hacienda chihuahuense fungía como diputado local. Al saber de las acusaciones en su contra, decidió atrincherarse en el Congreso de Chihuahua para intentar rendir protesta como legislador y conseguir su fuero.
«Soy inocente y nunca me daré a la fuga», comentó entonces el diputado. La Fiscalía de Chihuahua lo detuvo poco después por su presunta participación en el desvío de más de 300 millones de pesos durante el gobierno de César Duarte (2010-2016).
Tarín pasó sólo cuatro años en prisión, ya que en 2021 un juez determinó que podría seguir con su proceso legal en libertad, aunque limitado por un brazalete localizador. La Fiscalía General de Chihuahua tenía abiertas 10 causas en su contra, debido a su posible participación en procedimientos de contratación de obra pública que nunca se llevaron a cabo.
El exfuncionario también fue señalado por su presunto involucramiento en la llamada Operación Safiro. Este esquema habría involucrado a funcionarios de los estados de Chihuahua, Durango, Sonora, Colima y Estado de México, el Congreso de Morelos y la alcaldía Milpa Alta en el desvío de más de 650 millones de pesos. Sólo Chihuahua habría participado con la entrega de 246 millones de pesos de recursos públicos, según una investigación periodística.
La investigación de este caso está en peligro de quedar sin soporte, debido a la reciente liberación de Alejandro Gutiérrez, exsecretario general adjunto del PRI y principal sospechoso de encabezar la Operación Safiro. Asimismo, la muerte de posibles hombres clave, como Antonio Tarín e Isaac Gamboa, parece complicar la indagatoria.
¿César Duarte podría quedar libre de prisión?
Durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, Alfonso Isaac Gamboa era el responsable de la Unidad de Política y Control Presupuestario de la Secretaría de Hacienda. En 2017, la Fiscalía General de Chihuahua investigó a Gamboa como un presunto hombre clave en el desvío de recursos federales hacia el PRI en el estado.
En mayo de 2020, Isaac Gamboa fue asesinado junto con dos hombres y dos mujeres en el municipio de Temixco, Morelos. Este crimen, presuntamente fraguado por la esposa del exfuncionario, ha sido considerado como un posible caso de encubrimiento a favor de funcionarios como Luis Videgaray, César Duarte y el propio Enrique Peña Nieto.
El aparente suicidio de Antonio Tarín desató nuevas especulaciones sobre las indagatorias por el posible desvío de recursos de Chihuahua. También centraron la atención en el proceso penal que actualmente enfrenta el exgobernador César Duarte por los delitos de asociación delictuosa y peculado.
Aunque el caso Antonio Tarín actualmente se encuentra bajo investigación, la salida de prisión de Alejandro Gutiérrez parece anticipar que Duarte podría tener un destino similar muy pronto. Incluso el PRI, aparente beneficiado por la Operación Safiro, fue salvado por el INE, luego de que su Consejo General decidió no aplicar una multa de 98 millones de pesos a este partido por el desvío de fondos en Chihuahua.