Más de tres años después de huir a Israel, Tomás Zerón, uno de los funcionarios que ayudó a construir la llamada “verdad histórica” del caso Ayotzinapa, concedió una entrevista a un medio local. En ella, confirmó que en febrero de 2022 sostuvo una reunión con el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas.

El extitular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) contó a Yedioth Ahronoth que en esa reunión, Encinas le habría confesado que no lo creía culpable de corrupción. Por ello, le habría pedido su cooperación para aclarar los hechos alrededor de las primeras investigaciones a su cargo sobre lo ocurrido con los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Tomás Zerón es considerado por la Fiscalía General de la República (FGR) como el principal responsable de fabricar pruebas y ocultar evidencias para la investigación del caso Ayotzinapa. Por su parte, el exfuncionario se consideró en la entrevista como un perseguido político que debió reconstruir su vida a raíz de las acusaciones en su contra.

Cuestionamientos a la actuación de Alejandro Encinas

En octubre de 2022, el diario The New York Times aseveró que la presión ejercida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para obtener resultados en la investigación del caso Ayotzinapa llevó a Alejandro Encinas a tomar «acciones drásticas» y a sumar «pruebas sin sustento».

La afirmación cuestionaba en específico los resultados publicados en un informe presentado por Encinas en agosto de 2022. Ahí se concluye que, tras haber sido secuestrados en 2014, los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, habrían sido asesinados por narcotraficantes que operaban en conjunto con la policía municipal de Iguala y Cocula, así como con el Ejército mexicano.

Aunque el subsecretario de Derechos Humanos de la Segob negó esa información, días después el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) afirmó que no es posible verificar la autenticidad de al menos 181 pruebas presentadas en el mencionado documento. Esto, aunado a la renuncia del fiscal encargado de investigar el caso hasta ese momento, establecieron fuertes dudas sobre la actuación de Encinas.

Al mismo tiempo, la línea de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) establece que Tomás Zerón fue uno de los hombres clave para la ocultación de evidencias que dieron forma a la llamada «verdad histórica«, la versión de los hechos ocurridos el 26 de septiembre de 2014 que presentó el gobierno de Enrique Peña Nieto en 2015, misma que fue refutada por el propio GIEI.

En marzo de 2020, la FGR obtuvo la primera orden de aprehensión contra Tomás Zerón por los delitos de violación a los derechos humanos y fabricación de pruebas. El exfuncionario huyó poco después a Israel, cuyo gobierno hasta el momento no ha accedido a extraditarlo para que responda ante las autoridades mexicanas.

¿En qué va la extradición de Tomás Zerón?

Tomás Zerón habría decidido huir a Israel debido a su relación con empresarios de ese país. Según The New York Times, el extitular de la AIC autorizó la compra de sistemas como Pegasus, el cual ha sido utilizado para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos en México.

En febrero de 2023 se afirmó que los intentos de las autoridades mexicanas por extraditar a Tomás Zerón se habían estancado. En la entrevista publicada por Yedioth Ahronoth, el propio Zerón indicó al respecto que el gobierno de Israel decidió recientemente extender su visa para permanecer en ese país.

Altos funcionarios israelíes también confirmaron al citado medio que la posibilidad de extraditar a Tomás Zerón «es muy pequeña». Por lo pronto, el nuevo fiscal encargado de investigar el caso Ayotzinapa viajará a Israel con la intención de agilizar este proceso.

Cabe preguntarse si este viaje podría incluir una nueva reunión con Tomás Zerón. El último eslabón que sostiene buena parte de las conclusiones del informe presentado por Alejandro Encinas no parece estar cerca de regresar. Y el tiempo se acaba para el actual gobierno de México, el cual prometió dar respuesta a una de las grandes incógnitas heredadas por su antecesor.