Aunque sus aspiraciones estaban dirigidas a buscar la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, la senadora panista Xóchitl Gálvez ha logrado colocarse como una de las cartas opositoras más fuertes para buscar la candidatura presidencial. Pero, ¿quién es Xóchitl Gálvez?

Nacida en Tepatepec, Hidalgo, la hoy legisladora de la bancada blanquiazul refiere haber crecido en un entorno violento y marcado por el machismo y el alcoholismo de su padre, donde desde temprana edad apoyó a su madre en la venta de gelatinas, antes de decidir mudarse a la capital del país para continuar sus estudios universitarios.

Ingeniera en Computación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fundó y es presidenta de la empresa High Tech Services, desde donde ofrece servicios informáticos y trabaja en “edificios inteligentes”.

En el año 2000 empezaría su trayectoria política con su llegada a la recién creada Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Tras su paso, una serie de irregularidades fueron denunciadas ante un probable desvío de recursos equiparable al esquema de “La Estafa Maestra”.

Datos de la CDI y de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señalan que durante el final de su gestión se pagaron proyectos inexistentes y/o no disponibles para consulta, mediante convenios con instituciones de las que no se encuentra ningún antecedente. 

La corrupción en el CDI

En los primeros 3 años al frente del organismo, Gálvez no contrató a una sola institución educativa o AC, pero llegado el último año de ejercicio fiscal, previo a las polémicas elecciones presidenciales de 2006 -señaladas de fraude por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador-, la CDI ordenó realizar 58 estudios con diversas entidades por un costo total de 20 millones 264 mil pesos.

Del 32% de dichos estudios -alrededor de 19-, solo 6 de ellos pueden ser visualizados en el sitio de Compranet. En el sitio aparecen 18 contratos de cerca de 20 mil pesos, de los que no es posible visualizar documento alguno.
Además, existen 18 convenios de entre 20 y 200 mil pesos que carecen de liga de consulta, y otros 32 convenios que superan los 600 mil pesos en promedio, de los cuales solo existe el 18%.

Pero la opacidad presupuestal al frente de la CDI no ha sido el único señalamiento de probable corrupción de la aspirante presidencial. En el año 2005, siendo funcionaria pública del gobierno foxista, logró la licitación de 15 contratos por un monto de 1 millón 832 mil pesos a través de su empresa High Tech Services, misma que obtuvo otros 11 contratos por 14 millones 838 mil pesos de 2007 a 2012, durante la presidencia del panista Felipe Calderón. Cabe destacar que Gálvez contendió por la gubernatura del estado de Hidalgo en 2010, bajo una alianza encabezada por el Partido Acción Nacional (PAN).

Hermana secuestradora

La trayectoria política de Xóchitl Gálvez se vio pausada -y bajo amenaza de quedar soterrada para siempre- luego de que en 2012 su hermana menor, Jacqueline Malinalli Galvez, fuera detenida en el Estado de México señalada de ser integrante de ‘Los Tolmex’, una célula criminal dedicada al secuestro, reconocida por la crueldad que ejercían con sus víctimas, a través de la mutilación, la grabación de vídeo y audio y la extorsión contra familiares de las víctimas.

Jacqueline fue vinculada a Alberto Rivero Martínez, su pareja sentimental, quien habría sido  cerebro de la banda y segundo al mando. Según las autoridades, Jacqueline habría fungido como la encargada de facilitar el rapto de las víctimas.

Al respecto, la senadora panista aseguró que exigiría un “juicio justo” para su hermana, de quien más recientemente ha asegurado no saber si es culpable o inocente, pues “yo no soy el juez”, acusando que su consanguínea sufrió tortura por parte del ex secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna. 

Jacqueline permanece presa en el penal de Santa Martha, a la espera de la resolución de un juez.

«Yo intenté una y otra vez ayudar a mi hermana, ella no es secuestradora, ella estaba ligada sentimentalmente con ese hombre, y como familia tratamos de sacarla, de apoyar a las hijas, yo estoy tranquila, mi hermana no cometió ningún delito más que estar con esa persona», ha sostenido Xóchitl Gálvez.

El amiguismo como ascensor político

Pero el crecimiento de Xóchitl Gálvez dentro de la esfera política se ha sostenido también en la vinculación con personajes de la política. Son conocidas sus relaciones cercanas con personajes del poder político y empresarial que hoy forman la totalidad de los partidos y asociaciones integrantes del bloque opositor, con quienes siempre ha mantenido una relación estrecha.

Cabe recordar aquella celebración en honor a Diego Fernández de Cevallos en el 2016, cuando Gálvez fungía como jefa Delegacional de la Miguel Hidalgo, donde la senadora realizó una trasmisión en vivo a través de Periscope, misma que reveló a su paso a los convidados al banquete celebrado en Guanajuato. En la trasmisión se logran a distinguir -nerviosos por salir a cuadro- a los expresidentes Felipe Calderón y Carlos Salinas de Gortari, al exrector de la UNAM, José Narro, al presidente de Grupo Empresarial Ángeles, Olegario Vázquez Aldir, a Carlos Slim, así como al empresario Ciro Gómez Leyva. También asistieron el expresidente del PRD, Carlos Navarrete, así como Roberto Gil, los excandidatos José Antonio Meade y Ricardo Anaya, así como el aspirante de Movimiento Ciudadano a la jefatura de Gobierno, Salomón Chertorivski.

“Nos encontramos aquí, en la fiesta del Jefe Diego. Hay una gran cantidad de personajes que se dieron a la tarea de venir a visitarlo”, dice Gálvez al inicio de la transmisión

Sus aspiraciones hoy

A partir del destape de sus aspiraciones presidenciales -o de la presión ejercida dentro del Frente opositor para abandonar un camino más viable como era competir por la Ciudad de México-, la senadora Xóchitl Gálvez ha hecho énfasis a que no pertenece a partido político alguno, sin embargo siempre ha buscado ser abanderada del Partido Acción Nacional en todas y cada una de sus aspiraciones.

Su falta de cercanía a la clase política es solo una narrativa que no corresponde a su ya amplio paso por la administración pública en todos sus niveles, pero que encuentra una vía de aceptación entre cierta parte del electorado opositor -que no con la parte más conservadora- ante la ausencia dramática de perfiles que logren, a estas alturas del partido, abanderar una candidatura que convenza a una amplia mayoría de quienes integran el Frente Amplio por México que busca arrebatar la presidencia al oficialismo en 2024. 

Con todo ello, Xóchitl Gálvez se ha sumado a una carrera presidencial casi resuelta para morena, con el objetivo quizá de disminuir el golpe electoral del próximo 2 de junio a través de una candidata más pragmática, menos agresiva en el discurso y aparentemente más moderada en su visión conservadora del país, sin que ello implique abandonar la esencia de lo que simboliza electoral y políticamente el panismo.

El perfil de Xóchitl Gálvez parece el más lógico para competir en la contienda que se avecina, no sólo por un tema de género, sino por lo que implica abanderar a una candidata -aparentemente- más alejada de los privilegios, excesos y marcas históricas que sí tienen sus contrincantes internos, y que representan su talón de aquiles ante la narrativa presidencial de terminar dichos defectos políticos.

Gálvez parece la última alternativa de una oposición desdibujada, desesperada y narrativamente pérdida ante la opinión pública; oposición que seguramente ya no aspira a ganar, sino a reducir el fuerte impacto del anunciado golpe que se les avecina en las urnas.