Marcelo Ebrard anunció el plan “A.N.G.E.L” (Avanzadas Normas de Geolocalización y seguridad) en donde utiliza herramientas de la Inteligencia Artificial para el reconocimiento (o persecución) de personas en la vía pública, como el reconocimiento facial a través de cámaras, identificadores del lugar exacto en el que se haya disparado un arma, detectores de armas, también a través de Inteligencia artificial (IA) en las calles;  reconocimiento morfológico de delincuentes por la forma de caminar (una propuesta bastante polémica debido a que antes ya se había negado la existencia de características morfológicas de un delincuente por su sentido meramente racista, recordemos que el racismo se configura a partir de la estereotipación de las personas);  rastreamiento de marcación y seguimiento de vehículos, drones que marcan y siguen criminales, cámaras inteligentes en los elementos de la Guardia Nacional, todo ésto conectado a una base de datos que operará con IA. 

Por un lado, Ebrard explica que al ser operado por Inteligencia Artificial, no puede ser corrompido ni “cometer errores humanos”, aunque sea conocido que éstas, al ser creadas por seres humanos, ya cargan intrínsecamente con la ideología, errores, y objetivo del creador. En ese sentido, existe evidencia de que estas tecnologías cometen errores al momento de identificación de hasta un 98 por ciento, y podrían existir (más) casos de detenciones injustas en las que se les someta a procesos legales de manera errónea, sobre todo en contra de personas afrodescendientes, morenas y personas trans, lo que no sólo afecta a poblaciones que de por sí se encuentran en poblaciones vulnerables sino que serán objeto de revictimización y discriminación.

Asegura que durante los últimos años ha estado viajando por el mundo y revisando las tecnologías que están funcionando y “han tenido éxito”, pero parece que a pesar de aquellos viajes, no se ha enterado de las leyes que se han implementado en la Unión Europea (UE)  respecto a la IA, ni de que algunas son prácticas prohibidas en países como Estados Unidos y la Unión Europea.

Se está hablando de la primera ley que regule la Inteligencia Artificial en el mundo, en donde se clasifican los sistemas de IA según el riesgo que representen para los usuarios, y de esta manera obtendrán una mayor o menor regulación. La prioridad del parlamento europeo  es garantizar que estos sistemas sean seguros, transparentes, trazables, no discriminatorios y respetuosos con el medio ambiente, además deben ser supervisados por personas, en lugar de por la automatización, para evitar resultados perjudiciales.

Uno de los sistemas que se encuentran dentro del rango de inaceptabilidad, es el que refiere a la puntuación social, esto es: clasificación de personas en función de su comportamiento, estatus socioeconómico o características personales. También se califican como inaceptables los sistemas de identificación biométrica en tiempo real y a distancia, como el reconocimiento facial.

Por otro lado, se considera de alto riesgo la identificación biométrica y categorización de personas físicas, pues esto tendría que registrarse en una base de datos. (sin mencionar que esto cuenta con un carácter violatorio a los derechos humanos, por esto, la semana pasada, el Tribunal Europeo le prohibió a Emmanuel Macron utilizar IA para identificar a personas que formaron parte de las recientes protestas.)

Es pertinente mencionar el caso de Hong Kong, China,  en donde manifestantes (que tenían prohibido hacerlo) en 2019 destruyeron las cámaras de reconocimiento facial, pues no sólo identificaban manifestantes, sino que los criminalizaba y además, perseguía injustamente. Por ello los manifestantes comenzaron a utilizar láseres o máscaras para manifestarse. 

Observemos que estas medidas son utilizadas en países autoritarios y que podrían afectar a las colectividades más vulnerables de manera directa y en materia de derechos, pues podría ser utilizado para criminalizarlos. 

Falta que Ebrard especifique éste proyecto en materia legal, pues su discurso no incluye rendición de cuentas y mucho menos, transparencia para el uso de los datos biométricos de los ciudadanos, además de que su recurso de primera mano es la Guardia Nacional, cuando son los policías locales y estatales quienes tienen el primer contacto con los ciudadanos cuando acontece un crimen.

Es innegable que esta tecnología pueda ser usada para fines autoritarios, cometer abusos y con fines de represión, cosa que viola los derechos humanos, la democracia y al final, son inconstitucionales debido a que no tiene base legal la vigilancia masiva e indiscriminada. Además ésto tiene un antecedente documentado, el caso de espionaje con Pegasus por parte del Ejército en contra de periodistas y activistas. 

Finalmente Ebrard  dice que “no va a costar un centavo adicional al presupuesto”, pero recordemos su mayor antecedente al respecto cuando era Jefe de Gobierno del Partido de la Revolución Democrática , la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que fue inaugurada casi un año después de la fecha prevista, a sólo 32 días de que le entregara el gobierno de la Ciudad de México a Miguel Ángel Mancera. Poco menos de un año después se dieron a conocer los defectos de fabricación  a cargo de las empresas de construcción ICA, CARSO, y Alstom, y entonces, el 11 de marzo del 2014, se anunció el cierre de casi la mitad de sus estaciones por una falla estructural en las vías.  

Ebrard anunció que en un principio, el costo de la Línea 12 sería de 17,500 millones de pesos y terminó costando 26 mil millones de pesos es decir 48.6% por arriba de lo planeado. También recordemos que esa línea nunca funcionó correctamente, pues los materiales eran mucho más baratos para generar ahorros, los rieles no coincidían con el tren y el reciente accidente debido a las mismas fallas estructurales. 

¿Por qué confiarle a Marcelo Ebrard un sistema de seguridad que necesite un alto presupuesto, una alta regulación legal y en materia de Derechos Humanos?