Seguidores de Jair Bolsonaro tomaron por asalto las sedes de las tres ordenes de gobierno en Brasil el pasado 8 de enero. Se estima que entre seis y diez mil simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro habría asaltado las sedes gubernamentales.
La destrucción en el Palacio de Planalto, sede del poder Ejecutivo brasileño fue casi total, se reportó el robo de esculturas y obras de arte dadas al Estado en visitas diplomáticas previas. Según los reportes oficiales la única oficina que consiguió mantenerse a salvo fue la del presidente Lula da Silva pues no consiguieron derribar la puerta.
La sede del poder Judicial fue devastada casi en su totalidad y hubo especial disturbio en la oficina del juez Alexandre de Moraes fue la más afectada por su cercanía con el actual presidente.
Lula da Silva culpó a Jair Bolsonaro de haber motivado a la turba con sus discursos antidemocráticos. La policia de Brasilia detuvo a 400 personas tras los hechos.