El presidente Andrés Manuel López Obrador no pudo ocultar su satisfacción durante la mañanera de este lunes 31 de julio, cuando abordó el crecimiento del PIB y de los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que indican que los ingresos en los hogares mexicanos aumentaron 11 por ciento en 2022, tras el descenso que presentaron de manera generalizada durante 2020, debido a la pandemia de COVID-19.
Cada tres meses, el INEGI da a conocer cuánto ha variado la actividad económica de México, respecto al trimestre anterior, es decir, si ha crecido o decrecido. Estos datos se reflejan a través del Producto Interno Bruto (PIB).

El PIB es la medición utilizada por todas las economías globales para medir el crecimiento de sus finanzas, y es resultado de sumar los bienes y servicios de uso final generados durante un periodo de tiempo determinado; por lo regular se mide de forma anual o por trimestres.
El término ‘bienes’ se refiere a objetos y mercancías tangibles que son comercializados, como alimentos, ropa, productos de belleza, automóviles, etc. Mientras que ‘servicios’ son todas aquellas actividades llevadas a cabo por una empresa o persona, por ejemplo, consultas médicas o dentales, servicio de estética, lavado de autos, etc.
Todas esas actividades, en conjunto, generan los ingresos medibles que arrojan las cifras finales del PIB.

Por tal motivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador destacó el crecimiento de 3.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) durante el segundo trimestre de 2023, dado a conocer este lunes 31 de julio por el INEGI. “Hoy el INEGI da a conocer la tasa de crecimiento del primer semestre del año: 3.6 por ciento. Vamos bien y de buenas, pero el dato más importante es la disminución de la pobreza.”, apuntó el mandatario.

Que el PIB muestre un crecimiento respecto al periodo inmediato anterior significa que el consumo de bienes y servicios se ha incrementado entre la población, es decir, que la economía muestra tal dinamismo que hace que el dinero esté más presente y fluya más libremente entre los mercados.

Esto es significativo porque dentro de la economía, el consumo es una variable inducida que depende directamente del nivel de ingresos que las familias tengan disponible.

Los datos arrojados por la ENIGH del INEGI muestran que de 2020 a 2022, el ingreso promedio mensual en los hogares mexicanos fue de 63 mil 695 pesos, lo que representa un aumento de 4.6 por ciento respecto a 2018, y de 11 por ciento comparado con 2020, cuando las actividades económicas se vieron suspendidas o pausadas.

Lo anterior responde a factores como:

a) La recuperación de empleos. Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, la economía mexicana creó 514 mil 411 nuevos empleos en el primer semestre de 2023, siendo el segundo aumento más alto desde que se llevan los registros. De esa cifra, 75.9 por ciento fueron empleos formales.

b) La política monetaria del Banco de México a través del control inflacionario por medio de las Tasas de Interés.

c) El aumento del salario mínimo en 90 por entre 2018 y 2022, impulsado por el gobierno de México a través de la Secretaría del Trabajo en acuerdo con el sector privado. López Obrador hizo énfasis en que la disminución de la pobreza se ha logrado, entre otros factores, gracias a este aumento al salario en términos reales, lo que revierte las políticas del pasado, cuando “los tecnócratas neoliberales planteaban que si aumentaba el salario se iba a disparar la inflación”.

d) La política social del gobierno de AMLO: 34 por ciento de los hogares señalaron haber recibido ingresos provenientes de algún programa gubernamental, cuya cobertura se ha ampliado a máximos históricos, con un monto total destinado a dichos programas de 100 por ciento en lo que va de la administración.

e) La entrada récord de remesas a México provenientes de Estados Unidos: 24 mil 667 millones de dólares ingresaron al país por ese concepto, un incremento anual de 10.3 por ciento.

f) Una recaudación de impuestos récord. En 2022, ingresaron cuatro billones de pesos a las arcas públicas, lo que robustece las capacidades del Estado y le otorga solvencia para financiar programas sociales y obras públicas prioritarias, que a su vez también generan empleos.

En suma, se han creado las condiciones para que los recursos monetarios de las familias mexicanas circulen de manera cíclica, permitiendo que los deciles más bajos de la población vean mayores ingresos de manera regular y ello se traduzca en gasto.

“Demuestra que la estrategia funciona, se está reduciendo la pobreza y la desigualdad social, eso es lo que hemos logrado”, apuntó López Obrador.

La reducción en la desigualdad también se ha vuelto una realidad tangible: el Índice de Palma, que mide los niveles de desigualdad entre los deciles más ricos y más pobres, muestra una reducción de 2.3 a 2.0 entre 2018 y 2022, destacando que el ingreso de los 4 deciles más pobres aumentó 19.9, 13.5, 11.1 y 9.8 por ciento, respectivamente.

El PIB es además un reflejo de la situación que se vive en el país en términos estrictamente económicos. El crecimiento de 3.6 por ciento en el primer semestre de 2023 da muestra de una franca recuperación económica que responde a una serie de políticas económicas, sociales y fiscales cuya implementación y ejecución han arrojado resultados prometedores hasta el momento.

Las proyecciones de crecimiento para este año también son positivas: se espera que la economía mexicana tenga un crecimiento de 3 por ciento. Después de 2020, donde una desaceleración de las actividades económicas derivó en un decrecimiento de 18 por ciento, es positivo advertir de manera tangible que hoy se está en camino a la franca recuperación.