Sin duda sería un golpe político muy duro para el PAN, y pondría en riesgo la supuesta cohesión del bloque opositor, considerando que durante el tiempo que lleva vigente la alianza, en la que sus dirigencias se han esforzado en proyectar hacia el exterior una supuesta integración política que sólo existe en la boleta. ¿El PAN respaldará una candidatura presidencial priista? Abiertamente, eso nunca ha sucedido en la historia y justamente por ello el rumor en torno a la declinación de Creel cobraría sentido.
En los hechos, Marko Cortés y Alejandro Moreno probablemente desearían no haber llegado a la instancia en la que se encuentran hoy. Éste no sólo constituye el momento más crucial sobre el rumbo y viabilidad del Frente de cara a 2024, sino también la ocasión para mostrar el músculo político entre las dos principales fuerzas que lo conforman.
Así lo entienden también las bases. Y es ahí donde Acción Nacional se encuentra con un problema mayúsculo: ¿cómo habrá de competirle al amplísimo padrón de militantes que integran al PRI? Además de su estructura partidista, su margen de maniobra para movilizar gente, así como sus todavía vastos recursos económicos con fines meramente partidistas, alejados del Frente.
A menos que el PRI sacrifique a su aspirante Beatriz Paredes, militante de más de medio siglo y con suficiente kilometraje político, con el que justamente desinfló a Xóchitl, hoy el tricolor tiene ante sí una oportunidad que no había tenido en los últimos años: resurgir políticamente y encabezar el esfuerzo opositor contra la 4T el año entrante.
Los números dan cuenta de ello: en la pasada etapa del proceso de selección del coordinador nacional del Frente Amplio, se dieron a conocer las cifras de apoyos recabados por los primeros siete aspirantes.
Xóchitl Gálvez fue la aspirante que más firmas recibió, seguida de la sorpresa llamada Beatriz Paredes.
Detrás quedaron el panista y eterno aspirante presidencial Santiago Creel, el priista Enrique de la Madrid, y los perredistas Miguel Ángel Mancera y Silvano Aureoles.
Después de plantarse a las afueras de Palacio Nacional y ganarse la cobertura mediática que la catapultó al primer lugar de las preferencias frentistas en todas las encuestas, nada parecía detener a Xóchitl Gálvez como la opción opositora más viable, hasta que llegó una vieja loba de mar de la política mexicana a desafiar su seguridad y la del PAN.
Sin tener la gran exposición mediática de la senadora panista, ni figurar en primera instancia como opción a nada, Paredes obtuvo 451 mil 934 firmas ciudadanas en su búsqueda por la candidatura presidencial; esto representa solamente 102 mil 765 firmas menos que el apoyo recibido por Gálvez, quien ha sido expuesta de manera frecuente en medios digitales, radio, televisión e incluso mencionada en reiteradas ocasiones durante la conferencia de prensa del presidente López Obrador.
Ante esta realidad, existe un riesgo latente de que la estructura priista detenga las aspiraciones de Gálvez y de todo Acción Nacional, quienes hoy se enfrentan al hecho de haber llegado a la final con dos proyectos y opciones diferentes.
Por una parte, la base dura del PAN preferiría posicionar a uno de sus cuadros de muchos años, como lo es Santiago Creel, por encima de una “ciudadana no militante”, aunque saben que dicha opción no sea electoralmente redituable.
Por otro lado, el proyecto que le hace un guiño a quienes no se identifican con los partidos, y ven una opción “ciudadana” en Xóchitl, es vista con enorme desconfianza dentro del panismo tradicional.
¿Qué hará Santiago Creel? ¿Qué hará el PAN y su militancia?
Según su propio Registro Nacional de Militantes, Acción Nacional cuenta con 304 mil 523 militantes activos en todo el país. Esto representa cerca de 250 mil personas menos que el número de firmas reunidas en favor de Gálvez.
El PAN votará entre dos opciones frente al PRI.
Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional tiene la increíble cantidad de dos millones 65 mil 161 militantes registrados ante el INE en todo el país, con una sola candidata a respaldar.
Beatriz Paredes, naturalmente, tendrá todo el apoyo de su partido volcado a su causa.
Según datos recopilados por Animal Político, en el proceso de recolección de firmas se reunieron 2.5 millones de apoyos entre todos los aspirantes: 60 por ciento fueron recabadas por promotores o a través de las estructuras partidistas, mientras que cerca de 40 por ciento se debieron a apoyos ciudadanos orgánicos.
En el desglose entre ambos panistas, Xóchitl reunió una mayor cantidad de apoyo ciudadano orgánico que Santiago Creel, cuya estructura partidista aportó poco más de 100 mil firmas a su causa, es decir, 28% de su total de 358 mil 735 apoyos. En suma, el panismo de base apoyó más a Creel que a Gálvez.
Esta división dentro del PAN pone en suspenso el proceso interno del Frente: los apoyos se habrán de dividir entre dos candidatos, cuando enfrente tienen una maquinaria arrasadora en cuanto a movilización y votos.
En este proceso votarán todas aquellas personas que se hayan registrado, y que hayan sido parte del primer proceso durante la recolección de firmas. Hagamos cuentas:
Las firmas recabadas por Enrique de la Madrid, el otro priista que llegó a las rondas finales antes de quedar eliminado, sumaron 344 mil 729, la mayoría reunidas por la estructura del PRI.
Si al apoyo de Beatriz se suma el de su compañero de partido en la ronda final, Paredes podría reunir cerca de 800 mil votos a su causa, sin contar los apoyos de otros perfiles que quedaron atrás, y que puedan dividirse a su favor.
En este juego también participa el PRD. Sus dos aspirantes, descartados e inconformes, reunieron 483 mil 665 apoyos entre ambos. Casi 500 mil firmas podrían cambiar el rumbo del juego, según se inclinen, y este sector sí podría estar más inclinado a favorecer a Gálvez sobre Creel, o bien, a Beatriz Paredes por su corriente socialdemócrata.
La priista dejó claro en el pasado foro del Frente Amplio que su polenta y discurso están muy por encima de la atropellada narrativa de Xóchitl que a cada dicho se ve obligada a ofrecer una aclaración.
Veamos más cifras.
Los 195 mil 548 adeptos del panista Francisco Cabeza de Vaca también pueden marcar la diferencia; aunque siendo parte del panismo tradicional, es posible que en su mayoría se decanten por Creel Miranda, lo que dividiría aún más el voto panista.
Gálvez tiene que seguir apostando al apoyo ciudadano opositor si quiere sobrevivir a una contienda en la que, en términos de tendencia, ya está en desventaja. Debe apelar a que el medio millón de personas que firmaron por su causa sigan con ella, pues no sólo se enfrenta a dos compañeros y sus respectivas capacidades movilizadoras, sino a la estructura de dos partidos, incluyendo el suyo, que intentarán cerrarle la puerta a través del uso de sus mayores capacidades operativas y estructurales.
La disyuntiva azul
El PAN también se enfrenta a la disyuntiva sobre apoyar a una candidata puntera, pero externa, en la que su militancia no se ve identificada, o dividir el voto en favor de un viejo conocido, un militante de antaño al que la base panista sí quiere, como lo es Santiago Creel, o respaldar la candidatura presidencial de una priista de carrera y además socialdemócrata, como Beatriz Paredes.
Un verdadero milagro para Gálvez sería que Santiago Creel se decida a dar un paso al costado, dejándole el camino libre, como han surgido muchos rumores.
Sin embargo, el exdiputado federal ha reiterado que seguirá hasta el final del juego. En caso de que decida declinar, el PAN y sus bases no tendrán opción frente a Xóchitl, si quieren ponderar la búsqueda del poder presidencial por encima del nombre de quien lo busque, y ahí sí, Gálvez podría respirar mucho más tranquila.
Los días venideros serán una auténtica batalla entre ambas fuerzas políticas. El PRD y sus casi 500 mil apoyos serán cruciales para definir el futuro opositor, no sólo en términos electorales, sino de cohesión y supervivencia del Frente Amplio por México. Después de sentirse agraviados y excluidos, ¿a quién le entregarán sus bases?
¿Qué pasará con el papel del PAN en el Frente Amplio si una priísta termina siendo la candidata? ¿Qué pasaría por la cabeza de Claudio X. González sobre la probabilidad de que el partido que detesta encabece el proyecto que tanto le ha costado mantener a flote desde la “sociedad civil”?
Fatigas en vano
Todo el esfuerzo de Marko Cortés habrá sido en favor del lastimado PRI —hoy la tercera fuerza política del país—, haciendo de lado toda la labor por encaminar un proyecto sexenal propio. ¿El PAN lo va a permitir, o habrá de orillar a Creel a declinar en favor de su compañera?