Se registró un tiroteo afuera de una sinagoga en el barrio de Neve Yaakov, Jerusalén, que dejó al menos ocho muertos. El tirador fue abatido por las fuerzas de seguridad israelíes.
Las autoridades señalaron el acto de «terrorista», por lo cual desplegaron un amplio dispositivo policial en la zona.
Tras el ataque, Hamás celebró el acto a través de los altavoces de las mezquitas, aunque no se lo adjudicó.
«Esta operación heroica es en venganza por los mártires de Yenín. La operación en Jerusalén es la respuesta natural a los crímenes de ocupación en Yenín», dijo Hazam Qassem, portavoz del movimiento islamista.
El pasado viernes, Israel bombardeó la Franja de Gaza, como respuesta al lanzamiento de varios cohetes desde el enclave costero. Los sucesos tuvieron lugar tan sólo un día después de que 10 palestinos murieron en Cisjordania ocupada a manos de fuerzas israelíes.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se dijo alarmada por la escalada de las hostilidades, y la definió como un «ciclo de violencia sin fin».