El cambio climático es una realidad que está afectando a todo el mundo, y tanto México como América Latina no son la excepción. El huracán Otis, que apenas hace una semana azotó al estado de Guerrero, sobre todo el puerto de Acapulco, es un ejemplo de los impactos en la región.

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La rápida evolución de Otis, que el martes 24 de octubre pasó de tormenta tropical hasta impactar en tierra como huracán categoría 5 en la escala Saffir-Simpson –la más alta— en tan solo 12 horas, superó todos los pronósticos y es una muestra de que el cambio climático ya genera incertidumbres tremendas, explicó el doctor José Alberto Lara, investigador del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrs) de la Universidad Iberoamericana.

Por ello, el también catedrático advirtió que seguramente enfrentaremos cada vez más estas incertidumbres climáticas y sobre el comportamiento atípico de los fenómenos naturales.

No hay registro de que «haya pegado» en esa zona un huracán de esta magnitud, sentenció el especialista en temas de política pública en materia social y ambiental. Hasta ahora, el huracán más intenso en la historia de Guerrero había sido Paulina, que azotó como nivel 4 el estado costero un 6 de octubre 1997.

Pero hace una semana, los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) estimaban por la mañana que la tormenta tropical «Otis» se convertiría en huracán categoría 1, pero a las 23:00 horas del mismo día, se confirmó que el huracán alcanzó la categoría 5, y fue así como tocó tierra la madrugada del miércoles.

“No hubo tiempo para prever lo que iba a pasar, en 12 horas todo se fue hacia la catástrofe; no hubo tiempo de evacuar, no hubo tiempo de prepararse”, agregó el doctor Lara Pulido.

¿De qué nos habla esto? De que el cambio climático está generando incertidumbres tremendas, refrendó el académico. Hay una diferencia entre riesgo e incertidumbre, explicó.

«El riesgo lo puedes calcular. Sabemos que hay un riesgo de huracán porque nuestros pronósticos dicen: viene esta tormenta tropical, que si se presentan ciertas condiciones, se va a hacer un huracán. Incertidumbre es no saber, y lo que vimos en este caso fue pura incertidumbre”, reveló.

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«Y ese es el problema que enfrentamos, y que seguramente vamos a enfrentar cada vez más: total incertidumbre», lamentó. Tenemos que generar información, instó, que adaptar «nuestros modelos, hacer enfoques preventivos que nos permitan afrontar estos eventos catastróficos».

Una serie de eventos de gravedad por el aumento de temperatura del planeta

En los últimos años, América Latina ha experimentado una serie de eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y huracanes, que han causado daños materiales y pérdidas humanas.

Un estudio publicado en 2022 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) encontró que la probabilidad de que se produzcan huracanes de categoría 4 ó 5 en el Atlántico Norte aumentó un 10% desde 1981. El estudio también determinó que los huracanes que se producen en la actualidad son más intensos y duraderos que en el pasado.

Los expertos coinciden en que el cambio climático es el principal factor que está provocando estos cambios en los patrones climáticos. El aumento de las temperaturas globales está detrás de que los océanos se calienten, y genera condiciones más favorables para la formación de huracanes.

A medida que el planeta se calienta, es probable que se produzcan más eventos climáticos extremos, lo que tendrá un impacto significativo en la región, como son:

  • Daños a infraestructuras y viviendas
  • Pérdidas de vidas humanas
  • Reducción de la producción agrícola
  • Migraciones climáticas

Para hacer frente a los impactos del cambio climático, es urgente implementar políticas de mitigación y adaptación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que las políticas de adaptación buscan preparar a la región para los efectos del cambio climático que ya son inevitables.

La cooperación internacional también es clave para que hacer frente a los desafíos. Los países deben trabajar juntos para desarrollar e implementar políticas efectivas que protejan a las personas y los ecosistemas de la región.