El inicio del proceso electoral 2024 se adelantó informalmente de septiembre a junio. Desde el primer momento en que culminaron las elecciones para elegir nuevos gobernadores en Coahuila y el Estado de México, comenzaron los reacomodos entre bandos y las alzadas de mano para lograr posicionarse en el ojo público.
Vale la pena recordar que este será el proceso electoral más grande de la historia por la amplitud del padrón, y porque además de la elección presidencial, la definición del poder legislativo federal y de los congresos locales, también serán elegidas nueve gubernaturas.
Morena tiene bien su objetivo: retener las seis gubernaturas que ya gobierna, consolidar su dominio en todo el sureste -cuya única resistencia por ahora se encuentra en Yucatán-, avanzar en el Bajío, con Ricardo Sheffield en Guanajuato, y construir una buena candidatura que le alcance para arrebatar a Movimiento Ciudadano uno de sus dos bastiones: Jalisco.
En esta premura por definir quién encabezará del lado oficialista las candidaturas por los gobiernos estatales en disputa, varios personajes se han posicionado y levantado la mano. Hoy podemos perfilar quiénes están mejor posicionados en sus respectivos estados.
Estas configuraciones se fraguan en función de lo estipulado en la Ley de Paridad de Género, lo que significa que al menos cinco de las nuevas gubernaturas deberán ser, por principio paritario, reservadas a una mujer.
Considerando: a) que Ricardo Scheffield, extitular de la Procuraduría Federal del Consumidor, es la opción más consolidada para Guanajuato; b) que la candidatura al gobierno de Tabasco será perfilada en función del perfil que mejor favorezca al grupo de Adán Augusto López, siendo dos hombres, Octavio y Romero y Javier May, las opciones que más simpatías generan; c) que Puebla es disputada por perfiles como el senador Alejandro Armenta, el diputado federal Ignacio Mier y Julio Huerta, quien fungió como secretario de Gobierno con Miguel Barbosa; y d) que el actual director del IMSS, Zoé Robledo, buscará la gubernatura del estado de Chiapas, cuatro gubernaturas quedarían disputadas por varones.
El estado de Morelos es, junto a Jalisco, Yucatán, Veracruz, la Ciudad de México y las entidades ya mencionadas, uno de los territorios en disputa. Teniendo en cuenta lo anterior, las gubernaturas de los primeros cinco tendrán que ser encabezadas por una mujer.
Rocío Nahle cabalga sin contratiempos para ir por Veracruz; la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, camina franca en la búsqueda de la candidatura por la capital del país; Verónica Camino, senadora de Morena, se perfila para contender por Yucatán.
En Morelos destaca un perfil cuya trayectoria es sinónimo de resultados, tras su paso por la Lotería Nacional. Se trata de Margarita González Saravia, quien el pasado mes de junio renunció a la institución encargada de los mayores sorteos realizados en el país, y anunció que va firme en su intención de relevar a Cuauhtémoc Blanco en Morelos
González Saravia tiene redituables credenciales para gobernar Morelos. Es una funcionaria cuya cercanía al presidente Andrés Manuel López Obrador le permitió trabajar de manera coordinada y dejar cuentas positivas en Lotenal.
De 2019 a 2022, la institución a su cargo recaudó 55 mil millones de pesos para las arcas públicas, de los cuales 21 mil millones fueron destinados a solventar programas sociales fundamentales para el Gobierno de México.
Esta situación fortaleció su posición con el titular del Poder Ejecutivo.
Margarita también es cercana a Claudia Sheinbaum, la ‘corcholata’ mejor posicionada en la carrera presidencial dentro y fuera de Morena, por lo que, si las circunstancias le favorecen a ambas en 2024, se podría esperar un trabajo muy estrecho entre la federación y Morelos, en favor del desarrollo del estado.
Como empresaria, su gestión dentro del sector privado también ha destacado por su gran aportación en el sector turístico, a través del impulso de proyectos que atraigan a más visitantes y generen mayores derramas económicas.
Como eventual gobernadora, Saravia buscará dinamizar el potencial que el sector turístico tiene en el estado, mismo que funge como paso carretero de capitalinos que viajan al sur, o destino cercano y predilecto para un escape de fin de semana.
González Saravia se enfrenta a una resistencia dentro del estado, ante la intención de otros perfiles de imponerse como candidatos, pese a lo que estipula la Ley de Paridad de Género.
Entre esos perfiles destaca el de Ulises Bravo, líder morenista en la entidad, hermano y colaborador del actual gobernador Cuauhtémoc Blanco, y sobre quien pesan señalamientos de corrupción por presuntamente ocultar el origen, propiedad y destino de 505 millones de pesos, entre 2016 y 2018, cuando Blanco fue alcalde de Cuernavaca, además de haber triangulado 11 millones de pesos en una red de corrupción conocida como ‘Caso Primavera’.
Morena tiene la oportunidad de abanderar una candidatura no solo capaz de ganar, sino de hacer un buen gobierno, transparente, seguro y coordinado con la federación, lejos del cacicazgo y corruptelas que simbolizan otras alternativas postulantes.
La opción más viable para Morelos, por características propias y en función de la cuota de género, se llama Margarita González Saravia.
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