Tras las turbulentas declaraciones del presidente nacional del PRI, “Alito” Moreno, sobre la posible declinación de Beatriz Paredes debido a que las encuestas presuntamente favorecen a Xóchitl Gálvez como la candidata del Frente Amplio por México, así como el comunicado de la priista, en el que deja en claro que hasta no tener pruebas contundentes no se bajaría de la contienda, las riñas en el interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) continúan.
Durante una entrevista con Ciro Gómez Leyva, en su programa de Radio Fórmula, Alejandro Moreno dejó entrever que la ruta crítica a seguir es alzar la mano Xóchitl Gálvez, a cambio de convertir al PRI en el eslabón legislativo más fuerte de la coalición frentista.
En palabras de “Alito” Moreno, lo más importante para él y para el tricolor es la alianza política con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), por encima de las propias posibilidades de Beatriz Paredes de encabezar la coalición.
Las declaraciones de Alejandro Moreno se dan a tan sólo seis días de que se determinen los resultados de la encuesta aplicada por el Comité Organizador del Frente Amplio por México y de la votación directa para quienes se registraron en la plataforma que se realizará el próximo 4 de septiembre.
Moreno se quitó la máscara y dejó en claro que su objetivo no está en competir con la senadora panista la posible candidatura del Frente, quizá porque sabe que la elección de 2024 se ve complicada de ganar, sino obtener la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.
De acuerdo con los números “Alito”, pues no hay ninguna encuesta que lo sustente, el Frente Amplio está 10 puntos porcentuales abajo de coalición Morena-PT-Verde para la elección presidencial, pero en las mediciones para el Poder Legislativo el Frente Amplio se encuentra solamente a cuatro puntos de diferencia, lo que permitiría al PRI tener presencia y manejo estratégico dentro de la coalición.
A pesar de que la senadora panista tuvo un inicio de campaña sólido, en comparación con personajes como el también panista, Santiago Creel, o el priista Enrique de la Madrid, la contienda comenzó a complicarse para la puntera cuando comenzaron los debates regionales del Frente Amplio por México.
En el primero de estos encuentros, Xóchitl Gálvez no consiguió conectar con los simpatizantes del Frente, y Santiago Creel y Beatriz Paredes se consolidaron como la opción de las militancias del PAN y el PRI, respectivamente.
Ante el temor a que Beatriz se consolidara y dejara en la lona a Xóchitl Gálvez, Marko Cortés y “Alito” Moreno acordaron recortar la batalla y decidieron rasurar a Enrique de la Madrid para posteriormente obligar a Santiago Creel a una declinación adelantada que se sumó al respaldo de Jesús Zambrano, líder nacional del PRD, hacia Xóchitl Gálvez.
La “cargada” de la cúpula frentista es una realidad que, junto a los intereses de las casas encuestadoras, podrían verse en peligro si Beatriz Paredes llega al lunes 4 de septiembre todavía como contendiente.
De acuerdo con las reglas del Frente Amplio la encuesta a realizarse otorgará 50 por ciento de la decisión sobre la candidatura, mientras que el otro 50 por ciento se dará por el resultado de una votación directa de simpatizantes y militantes de los partidos que la conforman.
Es en este punto en donde los más de dos millones de militantes del PRI, además de la gente convencida por el desempeño en los debates de Beatriz Paredes, así como los simpatizantes desilusionados de Enrique de la Madrid o Santiago Creel, podrían hacer tropezar las negociaciones cupulares a favor de Xóchitl, ungiendo a la priista como la ganadora.
Si la senadora priista no declina antes de la elección, la estrategia de Alejandro Moreno de quedarse con la mayoría en las cámaras del Poder Legislativo y, al mismo tiempo, con el poder territorial y de operación que eso conlleva estaría en peligro y generaría una fisura en el Frente Amplio.
Beatriz Paredes sabe que está en una posición inmejorable para su carrera política, pues por un lado tiene la oportunidad de convertirse en abanderada presidencial por su partido y competir de tú a tú con cualquiera de las “corcholatas” de Morena, pero por otro lado, su renuncia, podría venderse en un precio imposible de mejorar.
La senadora priista sabe que el acuerdo cupular es en favor de Gálvez y que, como anunció hace meses el presidente, Andrés Manuel López Obrador, el proceso se hizo para legitimar una decisión tomada de antemano por una cúpula empresarial. Un circo que le diera a Gálvez la fuerza para soñar con la Presidencia de la República.
Una renuncia prematura dejaría la duda sobre la fuerza de Gálvez como candidata, pero la continuidad del proceso podría confirmar la irrelevancia de la panista. Beatriz Paredes, como buena priista, sabrá alinearse a las decisiones del Consejo Ejecutivo Nacional de su partido, pero a cambio el PAN tendrá que otorgarle cualquiera que sea su deseo de poder.
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