El gobierno mexicano, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Ecuador luego de un incidente sin precedentes en la embajada mexicana en Quito. El asalto perpetrado por policías ecuatorianos, en un intento por capturar al exvicepresidente Jorge Glas, ha desencadenado una crisis diplomática de gran envergadura entre ambos países.

 

Las tensiones entre México y Ecuador se intensificaron tras declaraciones controvertidas del presidente López Obrador, insinuando la influencia del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en las elecciones ecuatorianas. Como respuesta, el gobierno ecuatoriano declaró persona non grata a la embajadora de México en Ecuador, Raquel Serur, desencadenando una serie de acciones que culminaron en la ruptura de relaciones.

 

El asalto a la embajada mexicana en Quito, donde se encontraba refugiado Jorge Glas, fue condenado por el presidente mexicano como una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía del país. El jefe de la misión consular mexicana en Ecuador, Roberto Canseco, arriesgó su vida defendiendo la embajada durante el violento ingreso de las fuerzas ecuatorianas.

 

La figura central en este conflicto es Jorge Glas, cuya trayectoria política está estrechamente ligada al expresidente Rafael Correa. La captura de Glas desató reacciones en la comunidad internacional, con países como Nicaragua rompiendo relaciones diplomáticas con Ecuador en solidaridad con México. Mientras tanto, el gobierno ecuatoriano sostiene que su acción fue en defensa de la soberanía nacional, desatando un debate sobre la intervención en asuntos internos.