La tradición religiosa en México, España y algunos países de Latinoamérica ha logrado perdurar el paso del tiempo y ha vuelto de carácter popular algunas de las expresiones evangélicas que fueron importadas al continente desde los tiempos del Virreinato. Una de esas tradiciones es la ‘quema de Judas’ que acompaña la semana santa católica.

Los ‘Judas’ son muñecos de cartón que representan la maldad en el mundo y que son quemados al terminar la Semana Santa para simbolizar el triunfo del bien sobre el mal. En tiempos anteriores la ‘quema de Judas’ se acompañaba de descuentos o productos que se regalaban al pueblo que acudía a presenciar el espectáculo pirotécnico.

La Secretaría de Cultura cuenta con registros de la tradición en estados como Guerrero, San Luis Potosí, Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Chiapas, Tabasco y algunos estados del norte del país y el bajío. A pesar de que la tradición ha logrado preservar su presencia, investigaciones como la de Abraham Dominguez Madrigal, maestro en comunicación y política de la UAM Xochimilco, revelan adecuaciones que se han vivido con el tiempo.

En el apartado 3.4 de la tesis de maestría de Abraham Domiguez, realizada en 2017 se aborda el tema de ‘La política en la quema de Judas’. De acuerdo con lo recogido por el investigador desde el siglo XIX existe ya una carga política en la representación de los judas al caricaturizarse a personajes de clase alta y a autoridades de manera tal que fueron prohibidos en algunos años por Antonio López de Santa Anna y por Maximiliano de Habsburgo.

En su trabajo etnográfico Abraham revela que las reacciones causadas por los ‘judas’ que aluden a políticos no son de júbilo sino de catarsis. Se insulta a la figura, se le reprochan los actos de gobierno o decisiones que pudieron agraviar a las personas, se les apedrea y se abre una especie de alivio de las tensiones entre los asistentes.

Desde la década de 1990 en México se popularizó el uso de las figuras políticas e incluso el diario La Jornada rescata en 2004 una nota sobre esta celebración en la que las figuras de Carlos Salinas de Gortari, Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox fueron las más populares para quemarse en ese año (ver nota).

La tradición rompió un poco con su origen religioso cuando comenzó a usarse la figura política y el judas fuera de los tiempos del calendario católico y se popularizó su uso en movimientos políticos o sociales, el comienzo de las quemas no religiosas se da en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Sin embargo el más popular es el que se dió en el Zócalo de la Ciudad de México el 20 de noviembre de 2014 cuando manifestantes reclamaban la aparición con vida de 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, al presidente de México en ese tiempo, Enrique Peña Nieto.

 

Para abril de 2015, fecha de Semana Santa, la imagen de Enrique Peña Nieto se popularizó para la quema de judas religiosa como lo constató la agencia francesa AFP.

El pasado sábado 18 de marzo en una manifestación convocada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se realizó la quema de una figura con el rostro de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña. La quema levantó reacciones diversas como la de la académica mexicana Denise Dresser quien acusó el acto de ‘inadmisible’ y responsabilizó al presidente de México del hecho.

 

Algunas usuarias de redes sociales consideraron el acto como una expresión misógina y como un intento por acallar la disidencia que la ministra Piña ha mostrado con el mandatario mexicano.

La historiadora mexicana Beatriz Gutiérrez Müller condenó los actos al catalogarlos como ‘libertinaje’ e instó a los seguidores del presidente a convivir armónicamente además de recordar los ataques de los que ha sido víctima por su relación sentimental con el presidente de México.

 

Incluso el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador condenó los actos el pasado lunes 20 de enero en su conferencia mañanera. Invitó a sus seguidores a evitar estos actos y a recordar que son ‘adversarios’ y no enemigos.